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Editorial. Alarmados por decreto

  Editorial                                                                                                     Alarmados por decreto   (…) (…) (…) Nos consta que las crisis alteran la forma de relacionarnos con la realidad… y en   esta  " crisis sanitaria” se está recurriendo a una sobresaturación de “lenguaje bélico”, siguiendo extemporáneamente la dieciochesca tradición de considerar a las enfermedades graves como un “enemigo” al que hay que “vencer” y “derrotar” en   “batalla” sin “cuartel” de ahí que hasta   en   los   elogios   fúnebres   se diga que el finado “ha luchado hasta el final”.   Todos     nosotros     estamos    siendo hoy destinatarios de este lenguaje cuando el JEMAD y otros altos mandos del ejército, convenientemente uniformados y alicatados con mil medallas para que no se nos ocurra dudar de su gran valor, nos dice que esta “guerra” la “ganaremos” entre todos y se atreve a decir, sin rubor y sin vergüenza, que todos somos “soldados” en esta “con

La (hermética) élite mundial (5). Las (mezquinas) élites locales

  La (hermética) élite mundial (5). Las (mezquinas) élites locales   (…) (…) No puedo, y seguramente no debo, acabar sin hacer una, aunque breve, mención a una pequeña élite improductiva que últimamente está sintiendo peligrar sus privilegios: la élite madrileña, compuesta por una amalgama de personajes y entidades como la fútil pero decorativa casa real, el abultado corpus político, el corps diplomatique, la caterva de funcionarios de alto rango, la peligrosamente nostálgica cúpula militar, los paniaguados miembros   “asesores” de   los consejos de administración de las grandes empresas (eso que llamamos las puertas giratorias), la opusdeiana plana mayor de la judicatura, la bien cebada   conferencia episcopal, los lacayos de todos ellos y toda esa patulea de individuos que se mueve, intermedia y medra alrededor del poder… No producen nada, nada hacen en beneficio de la población y sin embargo precisan de una inmensa cantidad de recursos y además y para más inri son quienes

La (hermética) élite mundial (2): Cómo ejercen su poder

  La (hermética) élite mundial (2): Cómo ejercen su poder (…)   (…)   (…)   (In fine….)   Nosotros, usted y yo, mi estimada lectora, nacemos, vivimos, nos reproducimos, trabajamos, ama-mos, odiamos, seguimos traba-jando, nos reímos, cotizamos, compramos, consumimos cultura, pagamos impuestos, y seguimos trabajando, y en fin, un día nos matan o morimos, o…, sin mo-vernos nunca del nivel 7 que es el mundo “real”, el de la “nor-malidad”, aunque a unos pocos, si su vocación y oportunidad se lo permite y su sumisión les hace acreedores al mérito, se les permite elevarse del nivel 7 al nivel 6 y entonces les llamamos “políticos”, a veces con respeto, pero casi siempre, hoy, con notable desdén cuando no con desprecio.   Los del nivel 7 somos la gente, la base de la pirámide, la que lo aguanta todo, los súbditos, los vasallos, a los que en algunos países incluso nos dejan hacer como que elegimos de entre nosotros a quienes nos van a gobernar como si ellos, pobre gente, desde es

Alarmados por la pandemia (7). La inaceptable restricción de derechos

  Alarmados por la pandemia (7).   La inaceptable restricción de derechos   (…) (…) Ya se ha dicho en estas páginas que estamos alarmados por decreto, que se nos están imponiendo medidas absurdas que aceptamos por un miedo impuesto, generado por una masiva intoxicación vehiculada a través de los medios de comunicación convenientemente subvencionados al inicio de la alarma… Por ello, pues la pandemia va a durar mucho más de lo que hoy suponemos, se impone una reflexión colectiva sobre hasta qué punto estamos dispuestos a aceptar restricciones a esos derechos tan arduamente conquistados… es perentorio sopesar hasta cuando estamos dispuestos a que nos impidan el contacto social que es lo que genera solidaridad y permite     la ayuda mutua… es   inaplazable exigir a los sindicatos que no dimitan de su sagrada misión de conducir, explorando nuevas vías, la negociación colectiva arruinada por el teletrabajo que no sólo aísla a los trabajadores de sus compañeros sino que les exige a

Urbano quiere saber quién ha matado a Matías

               —¿Urbano Fernández?             —Sí, ¿Quién es?             —Carlos Castellano, nos presentó en su día Raúl López y…             —Sí, sí… de acuerdo… esperaba su llamada             —Pues usted dirá             —Mire no me voy a andar con rodeos... no es mi estilo y además con ustedes sería una tontería…             —Lo prefiero             —Bien, pues espero que sepa respetar el hecho de que estuve muchos años en situación laboral similar a la suya, aunque desde luego mucho más… digamos que legal… así que ni se le ocurra pretender jugar conmigo…             —No es mi intención             —Perfecto. Le formularé una simple pregunta: ¿Quién ha liquidado a Matías?             —Bueno es mucho suponer que yo pueda saber eso…             —Me temía que echaría pelotas fuera, pero… mire señor… Matías era sin duda el informador de mi periodista Margarita Sansegundo. Cuando estuvimos hablando con ustedes para cerrar ese trato que cerramos y del que ahora de

Matías Montenegro padecía de eyaculación retrógrada

  Matías Montenegro padecía de eyaculación retrógrada. Desde que comenzó a masturbarse, en lo que fue bien precoz, ya se sorprendía por el escaso semen que eyaculaba; en ocasiones nada. Sin embargo, llegaba al clímax y su satisfacción era total. Matías no se lo dijo nunca a nadie: los primeros años sesenta del siglo pasado no se prestaban a revelaciones de este tipo con sus compañeros de correrías en aquel pueblo de la Extremadura rural y ¡cómo iba a decirles a sus padres que eyaculaba poco o nada si el cura del pueblo les advertía a gritos en sus charlas semanales en el cole que eso de masturbarse iba contra la ley del señor y que quienes practicasen tal aberración enfermarían y quedarían estériles! Con los años, al comprobar que no enfermaba a pesar de masturbarse con insistencia, se dio cuenta de que lo que les decía aquel exaltado cura no era cierto lo que le llevó paulatinamente a ignorar también las otras directrices eclesiásticas con el consiguiente beneficio psicológico que ell

Paco y Urbano confirman sus sospechas sobre Matías

              — Pasa Matías, hemos de hablar.             — A sus órdenes, jefe,             — Bueno Matías… creo que eso de que se te olvidó contarme el encuentro de Marga con unos gitanos, no cuela… ¿verdad?             — No claro, jefe… ya me imaginé que no colaría, usted ya sabe que yo me acuerdo de todo lo que pueda tener interés… solo que en este caso quería hacer mis propias gestiones antes de… bueno usted jefe, ustedes… ya tienen bastante con lidiar con ese Raúl que ya les digo que es un bicho de cuidado…             — ¿No te parece que eso lo debemos decidir nosotros?             — De acuerdo, pues miren ustedes, uno de esos gitanos que se reunió con Marga está emparentado con un tal Santiago, amigo y compañero de tropelías de ese Raúl. Si Raúl es un mal bicho, ese Santiago es un verdadero hijo de puta que no resp    — Pasa Matías, hemos de hablar.              — A sus órdenes, jefe,              — Bueno Matías… creo que eso de que se te olvidó contarme el encuent